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"Catástrofe cotidiana" (Lápiz sobre papel)
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Cuando
se da un natural funcionamiento de nuestros sentidos solemos decir,
en el caso de algunos de ellos, que tocamos, que oímos y que vemos.
Y esto significa que constatamos que estamos sintiendo algún tacto o
que estamos percibiendo algún sonido o alguna imagen. Te toco, lo
toco, te oigo, lo oigo, te veo, lo veo... son formas de expresar que
el tacto se ha producido o que los sonidos o las imágenes nos han
llegado y que están siendo percibidos. Y podemos decir: te palpo, te
escucho, te contemplo... y estamos diciendo, respectivamente, que
tocamos con cuidado, que oímos con atención o que vemos con
detenimiento; te palpo, te escucho o te contemplo a ti que estás
ahí, desde mi propio ámbito perceptivo.
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"Retrato" (Pintura digital)
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Sin
embargo, tú difieres de como yo te percibo. Eres de una manera, en
origen, y de otra manera en mí. Por ejemplo, te conforman una
extraordinaria cantidad de átomos para cuya apreciación mi sistema
visual es inútil. La luz incide sobre ti y tu absorbes una parte de
ella y reflejas otra, esto ocurre siempre que te expones a sus rayos.
La luz se refleja en ti y va en todas direcciones, esto es así
aunque yo solo perciba, cada vez que te miro, la parte que incide
sobre mis retinas. Esa luz yo la traduzco en matices de colores que
se asientan en las formas estimadas de tu cuerpo. De los estímulos
que desprendes, mi sistema perceptivo, con ayuda de los sentidos, de
todo mi ser y de mi mente hacen aparecer para mí imágenes de
ti. Ahí intervienen esos qualia con los que te reproduzco cómo
puedo. Y de la forma en que te percibo a ti, lo percibo todo: de la
misma forma en que tú eres diferente de como yo puedo verte, lo es
todo.
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"Camino y espesura" (Fotografía)
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Pero, no obstante, que las
percepciones se den en nuestras mentes en forma de representaciones y
que la realidad sea diferente
a como la experimentamos no quiere decir que nuestras
representaciones no tengan una correlación con esa realidad. En
realidad nuestras percepciones están basadas en unos datos que tal
como nos llegan y tal como
los evaluamos, nos
proporcionan una información acomodada
de las cosas. Los sentidos
nos proporcionan información detallada de las cosas aunque
para ello sea necesaria una transducción de los datos de la
realidad. Y
no existe por ello
un desacuerdo esencial
entre lo que hay ahí y lo que se percibe. Por
ejemplo, la
luz que nos llega a los ojos no lo hace uniformemente ni de forma
caótica, sino que llega diferenciada por efecto de los cuerpos y el
ambiente de los que proviene reflejada, refractada, dispersada, polarizada, etc. Es luz que trae información más o menos precisa
de
los cuerpos, de
las
superficies y del
medio con los que ha tenido contacto.
En nuestro aprendizaje
perceptivo el tacto habrá colaborado en la tarea de conocer todo lo
que está ahí. Y de la
interacción entre la
realidad exterior y la
actividad cerebral emergen
interpretaciones de la
realidad circundante que
permiten nuestro normal desenvolvimiento.
Así, si
bien no hacemos registros directos,
nos hacemos buena idea, gracias
a nuestras interpretaciones,
de magnitudes, tamaños, distancias,
formas, orientaciones,
superficies, etc.
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"Lo que puede ser" (Imagen digital)
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