Desde la crisálida

martes, 27 de septiembre de 2022

La cualidad sensible como cualidad primaria

Por las ramas
Por las ramas (Óleo)

En A la caza de la realidad, Mario Bunge, si no me equivoco, da por buena la diferenciación que dejó establecida John Locke en su Ensayo sobre el entendimiento humano entre propiedades primarias y secundarias. Si se acepta que los colores, los sonidos, los olores, las cualidades táctiles y gustativas y otras sensaciones sean tenidas por cualidades de tipo secundario frente a las cualidades o propiedades primarias que pueden considerarse en las cosas, no por ello se debe subestimar lo que las cualidades o propiedades secundarias suponen e incluso se podría poner en cuestión la jerarquización que ello representa. La diferencia entre unas y otras está en que las primarias lo son independientemente de la apreciación de un ser sensible y las secundarias dependen de la apreciación de dichos seres. Una propiedad primaria es por ejemplo la composición química de un pigmento y una propiedad secundaria es el color que le suscita a alguien ese mismo pigmento u otro cualquiera.


Por su formación científica, Bunge, tal vez estima más lo que representan las primarias que aquello que es el ámbito de las secundarias. ¿Se considera generalmente que las propiedades secundarias, al ser una recreación, son menos estimables que las primarias? ¿O depende de las preferencias y para alguien con inclinación hacia el arte, por ejemplo, unos colores o la textura de la voz de una cantante pueden representar el summum que deja pálida cualquier otra realidad?


Probablemente para mucho de lo que interesa a la ciencia lo principal son las propiedades primarias así como para la música lo principal son los sonidos que son cualidades secundarias. Pero para una mejor integración de conocimientos y una mejor apreciación de la experiencia sensible, ambos tipos de propiedades podrían equipararse de alguna forma. Colores, voces o notas musicales, perfúmenes, etc., no dejan de poder ser realidades de la experiencia sensible, en tanto que lo sean y no se traten de ficciones. Por ello, las cualidades sensibles podrían pasar a ser vistas como cualidades primarias si se pusiera el foco en ellas y en su funcionamiento. Para ello, según creo yo, se habría de atender a la interrelación del organismo sensible con el entorno.




Pueblo
Pueblo (Óleo)


El metabolismo y la homeostasis son funciones básicas y habituales en los organismos. Y la experiencia sensible en muchos organismos acompaña a esas funciones básicas. Estas funciones acontecen insertas en un entorno con el que mantienen unas relaciones complejas. Nos nutrimos, respiramos, excretamos, nos amamos, navegamos en la red, etc., debido a que, aunque algunas de estas operaciones puedan recibir o emitir unas comunicaciones lejanas, siempre hay unos elementos en nuestra proximidad con los que establecemos una relación directa: las pantallas con las que alcanzamos a tanto las tenemos a unos centímetros o a pocos metros de distancia de nuestras caras, los rayos de luz que vemos de una lejana estrella no se encuentran allá a lo lejos sino que traspasan nuestra cornea, atraviesan nuestro ojo y alcanzan la intimidad de la retina y el poderoso mandatario, o el supervillano, que va a enviar un misil nuclear al otro lado del planeta necesita para ello un botón rojo a su alcance que pueda presionar.


Por lo tanto las funciones del organismo se encuentran, en tanto que está vivo, en relación con el entorno de una u otra forma. De él recibe el alimento, la compañía, el refugio, etc., así como las sensaciones subyacentes. Esa capacidad de sentir y de percibir el entorno que tiene el organismo, además de simplemente existir, es muy abundante y común en la naturaleza. El entorno «es», mientras que el organismo «es y capta»; si bien en el entorno suele haber otros organismos como nosotros que forman parte del mismo y con los que también entramos en relación.


El reflejo sensible se produce cuando un organismo receptivo y capaz anda en conexión con un entorno estimulante. La energía radiante, en condiciones de iluminación suficiente en un ambiente donde hay cuerpos u objetos, incide sobre unos ojos que actúan sobre un cerebro capaz de procesarla. De la conexión que el organismo tiene abierta con el entorno surge, como interpretación, la experiencia sensible de un verde, por ejemplo, quale que se produce por medio de la acción de las ondas medias de la luz sobre el sistema visual. Y yo pienso que los qualia debieron aparecer y establecerse virtualmente en las consciencias por medio de un proceso evolutivo que ha aprovechado la naturaleza emergente de las grandes capacidades representacionales de los seres sensibles.


Al fin y al cabo los seres sensibles pertenecemos a lo que llamamos mundo tanto como cualquier otra realidad física y, lo que en nosotros acontece, acontece en el mundo. La apreciación de las cualidades sensibles como cualidades primarias sería pues posible y ello, tal vez, —análisis más autorizados que el mío tendrían que valorarlo— vendría a subvertir la jerarquía establecida por John Locke en 1690.

 

Masificado
Masificado (dibujo)

 

 

LAS IMÁGENES OBVIADAS