Desde la crisálida

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lunes, 25 de septiembre de 2023

Modos de ser II

 

 

Angustia (Dibujo a lápiz)
Angustia (Dibujo a lápiz)
 

 

 

Antes de comenzar lo que propiamente ocupa a esta entrada pondré un apunte — algo ya dicho en el blog pero que quiero repetir aquí — sobre lo que me mueve a tratar el tema de la imagen natural, aunque sea de la forma indirecta en la que lo estoy haciendo. El problema que veo de forma general es que demasiadas definiciones y usos de «imagen» se refieren sólo a las imágenes que el ser humano puede de alguna forma generar: dibujo, pintura, fotografía, cine, video, imágenes digitales, etc. Cuando en realidad las imágenes no son sólo estos productos culturales, sino que como hace evidente la experiencia, las sentimos provenientes del entorno, contenga este imágenes artificiales o no. Por lo que, las que podemos extraer de ese o esos entornos por nosotros mismos, constituirían «las imágenes naturales» que son tremendamente comunes, abundantes y significativas.


Ahora sí, esta es la segunda parte de la entrada Modos de ser. Aquí y en la entrada siguiente continuaré defendiendo «la necesidad de abrirse a formas no valoradas de vida, formas de ser no convencionales, que conforman junto a las formas de ser sobrevaloradas, un todo más rico, fructífero y posibilitador de cambios necesarios». Concretamente, mediante aforismos o textos breves, me referiré, no exhaustivamente, a las personas con trastornos mentales, a ellas y a lo que configura todo lo relacionado con la salud mental. Y es que de nuestra salud mental dependen muchas cosas, entre ellas cosas o cuestiones, vitales para todos.


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Hay un componente psicológico diferenciador y positivo en las personas que experimentan en primera persona graves problemas mentales y los superan.


Está por hacer la cultura que permita la integración plena de las personas con enfermedad mental. Labor que se inició creo, más bien, desde la contracultura y cuyo desarrollo estaría resultando muy lento.

 

Conocer las causas de nuestros problemas mentales nos acerca directamente a la posibilidad de recuperación. Es una tarea ardua en la que ponemos nuestro empeño, porque de ello depende nuestra calidad de vida e incluso nuestra vida en sí. Conocer y actuar en función de lo que se conoce, posibilita, junto a factores como el apoyo de otros, vivir sin tener que darnos de bruces continuadamente y dolorosamente con las consecuencias de que las causas de nuestros problemas continúen ahí, persistentes, imperturbables.


Hay circunstancias en la vida de uno que responden a "modelos de cultura que son la triste herencia que aborreces", por usar una expresión de un poema de José Agustín Goytisolo. Para no pocos, el hecho de aborrecer o, mejor, de desestimar algunos de esos modelos puede tener su origen o su reafirmación en la experiencia de una desdichada vida familiar.


Clavado. ¡Tan extraño a sí mismo! (Dibujo a lápiz)
Clavado. ¡Tan extraño a sí mismo! (Dibujo a lápiz)


Hay algo que debilita hasta la patología a quien apuesta fuerte por un ethos también fuerte, y es poner a prueba sus capacidades y habilidades, sin las debidas defensas, con las personas que son menos idóneas para ello, que sólo apuestan, débil u obstinadamente, por un ethos débil.


Quien está pasando por una depresión está OFF, a lo sumo llega a estar en STAND BY. Lo que no logra es estar ON.


Se puede vivir engañado toda la vida, pero también con método paciente y participando de una narrativa compartida se puede salir del engaño como quién descubre una nueva dimensión. Posibilidad de salir del engaño que creo es aplicable tanto al individuo como a los grandes grupos de personas y que podría suponer nuestra mayor esperanza.


Considero inviable para mi lograr buenos resultados en la lucha directa contra las hibris de la civilización en concreto me ocupa la hibris tecnológica o digital, por lo que creo que es mejor que actúe indirectamente, pero decidido. Pendiente de no caer yo mismo, toda vez que me hallo bien conmigo mismo, en una hibris personal.



Quien padece graves problemas mentales, y recuérdese que dichos problemas también tienen una participación de lo social, es como un mueble de Ikea que hubiera sido montado de forma desastrosa. Pero, por gracia del bien que se nos puede hacer y de nuestra propia iniciativa, ese sufrido mueble puede ser reensamblado más como realmente es.


Solo (Óleo)
Solo (Óleo)


Contemplar (vivir) el meollo: sensibilidad, percepción, entendimiento, emoción, intelecto, conocimiento, estética, comprensión, intuición, relaciones, solidaridad…



Hoy, ese que tú sigues llamando loco o, en un esfuerzo de compasión "enfermo mental", está pensando en su crecimiento personal y se lamenta sin decírtelo porque pareces no tener en cuenta sus posibilidades de mejora.



He visto en una maratón de cine: Pasión, Como en un espejo y Cara a cara de Ingmar Bergman. No cae Bergman en prejuicios fáciles con relación a las personas con trastornos mentales. En las tres aparece el tema y en las dos últimas es protagonista.


Para crear inteligencia artificial basada en la mente humana no hay que desvirtuar las capacidades y la realidad de ésta última.


En momentos cruciales se debe reivindicar la inevitabilidad de la imperfección.

 

Máscara de no poder ya más (Óleo)

 

El porcentaje de personas con enfermedad mental que atentan contra otras personas es muy minoritario dentro del conjunto de nosotros, pero cada vez que algo así sucede sirve para que los que nos señalan con dedo rígido alimenten el odio hacia todo el colectivo. Cuando alguien con enfermedad mental mata, otros como yo mismo, pacientes de enfermedad mental, nos espantamos, lo lamentamos y nos entristecemos como cualquiera, calándonos, marcándonos y pesándonos duraderamente.


En la profundidad de sí mismo, a la que se puede acceder mirando hacia dentro, hay quien encuentra, porque los alberga en su interior, terribles monstruos. Mucho más terribles que los terribles monstruos que albergan otros muchos más pacíficos. Contempla, con mayor o menor frialdad, a sus monstruos furiosos y tal vez ya manchados de sangre ajena. Se reconoce como una funesta minoría. Comprende, más que nadie, que no importa que se tenga, o no, eso que llaman enfermedad mental y sabe que ahí no radica el problema.


 



sábado, 8 de julio de 2023

Modos de ser

 

Atmos (Pintura digital)
Atmos (Pintura digital)
 

Las imágenes se desenvuelven en el mundo de las cosas y los seres vivos. Y muchos de entre los seres vivos somos capaces de percibir cosas, capaces de sentir cosas, capaces de pensar sobre las cosas, de actuar sobre ellas y de modificarlas. Capacidades que nos vuelven singulares para nuestros propios ojos. Pero estamos íntimamente interrelacionados con el resto de la naturaleza animal, con la naturaleza vegetal, con la geológica o con la atmosférica, con la acuática o con cualquier otra. Si salimos del atolladero al que nos ha conducido nuestra voracidad a nivel planetario será posiblemente porque se atienda a lo que ahora se posterga. Están quedando postergadas las necesidades no de unos pocos, ni las de muchos, ni siquiera las de todos y todas, sino las necesidades de todo. La totalidad es la que pide ser atendida.

 

No es la totalidad, sin embargo, lo que se suele tener en cuenta. A Prometeo, el héroe que al mortal dio el fuego y enseño las artes, robando uno y otras a los dioses del Olimpo, Goethe le hace decir en la obra inacabada La vuelta de Pandora o El retorno de Pandora: «El hombre industrioso ha de tener por lema la parcialidad».

 

Prometeo tiene un hermano mitológicamente antagónico al que se tiende a ignorar: Epimeteo, que es “el que piensa después”, en contraposición a Prometeo que es “el que piensa por anticipado”. Los dos son titanes, no lo olvidemos en el relato que sigue. Epimeteo en el mito es menospreciado y tenido claramente como torpe por Hesíodo, sin atender a otra consideración hacia él. Pero este mismo, Hesíodo, haciendo gala de una misoginia atroz, no duda en llamar zánganos y calamidad a las mujeres en su conjunto cuando trata la parte del mito que se ocupa de Pandora. Pandora, a lo sumo incurre en desobediencia, pero “la tradición misógina helénica” (como la define Carlos García Gual) hace escarnio de ella.



A (Imagen digital)
A (Imagen digital)



En el Protagoras de Platón se relata como en un tiempo en que aun no existían los mortales, los dioses los crearon modelando tierra y fuego y otras materias. Prometeo y Epimeteo fueron encargados de revestirlos de cualidades. Epimeteo se puso manos a la obra con ello y Prometeo debía supervisarlo. El hermano de Prometeo repartió armas y defensas para la supervivencia de cada especie. Pero «como Epimeteo no era del todo sabio» cuando llegó al ser humano había gastado todas las facultades y Prometeo encontró a todos los animales «armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme». Como era ya llegado el día en que los mortales debían salir a la luz, «Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego» y se las da a la especie humana. Epimeteo no fue del todo diligente y el otro, Prometeo, encontró una arriesgada solución, solución que propició la supervivencia humana. La indefensión de esa criatura, que tal vez llamaba la atención por asemejarse a los dioses, no suscitó, sin embargo, una preferencia en Epimeteo durante su trabajo titánico, cosa sobre la que seguramente, nuestro personaje mitológico, tuvo que recapacitar posteriormente debido a su forma pausada de pensar. Pero sí suscitó la acción eficiente de Prometeo que se ganó por ello la fama entre nosotros.

La tendencia de quienes se acercan al mito, sobre todo de quienes lo hacen para contemplar al benefactor de la humanidad, es alabar a Prometeo y olvidar o vilipendiar a Epimeteo que no fue del todo previsor y además tuvo a bien aceptar a Pandora y su presente (la jarra que contenía todos los males). Pero hay algunas notables discrepancias con esta forma de ver las cosas, como las aportaciones o aproximaciones al mito de Goethe que hemos comenzado a ver ya. Goethe reivindica a Epimeteo, como señala Carlos garcía Gual en el texto La reivindicación de Epimeteo en “El retorno de Pandora” (1808) y su significado en la obra de Goethe, recogido en el segundo volumen del Homenaje a Pedro Sainz Rodríguez. Carlos García Gual escribe sobre esta obra de Goethe: 

«...en su drama [El retorno de Pandora] invierte la significación del episodio central del relato sobre Pandora. Es el descuidado Epimeteo el que se perfila como un benefactor de la Humanidad, mientras que el Previsor, Prometeo, que rechazó a la divina mujer, resulta torpe y miope en su elección».  

Dice también, con hondura, García Gual: 

«El cambio en la apreciación de la figura de Epimeteo comporta una variación en la comprensión de la figura opuesta de Prometeo. Los signos valorativos de uno y otro cambian conjuntamente, porque es el contraste entre ambos, y sus concepciones de la existencia, lo que da el tono fundamental de la obra. Ambos son símbolos contrapuestos. La fraternal relación que los une y el distinto carácter que los enfrenta tienen justamente un valor simbólico. Así ya en el antiguo mito. Lo que hace Goethe es invertir la valoración, que hasta entonces concedía a Prometeo el signo positivo de la oposición».


Recojo seguidamente una cita de La caja de Pandora, Aspectos cambiantes de un símbolo mítico de Dora y Erwin Panofsky que también incluye Carlos García Gual en su texto y que ya hallaba en la obra de Goethe una más sensible consideración de la figura de Epimeteo:  

«Epimeteo, por el contrario, ya no es el hombre necio que aprende demasiado tarde, sino una gran y conmovedora figura. Elevado al plano de lo que los antiguos llamaban elogiosamente vita contemplativa, es un pensador en oposición a un realizador; el solitario e imaginativo soñador, para quien la estrella de la mañana aparece demasiado temprano y nunca tarde («Temo el canto del gallo como a la estrella de la mañana; / Precoz destello; fuera por siempre noche»), contrapuesto al racionalista; es, sobre todo, alguien con capacidad para el sufrimiento, lo que le permite desear, gozar, renunciar, lamentar y desear otra vez».


¿La mentalidad prometeica sería más dada a forzar los procesos y la epimeteica, sin embargo, más dispuesta a dejarlos fluir? La parcialidad, por supuesto, no quedaría únicamente para la mentalidad de propensión prometeica, la mentalidad de tipo epimeteica también la necesitaría, pero quizás esta última se encuentra más dispuesta a asumir el riesgo de afrontar también la totalidad. La mentalidad epimeteica concibe quizá la totalidad no como el lugar a conquistar sino como el ámbito en el que participar. Son al fin y al cabo dos formas de ser complementarias, que podrían convivir en realidad en la misma persona. 


 

Vida (Imagen digital)
Vida (Imagen digital)

 

 

Creo que saldríamos ganando si hiciéramos una aproximación psicológica a Epimeteo, Pandora y Prometeo, bien concebidos, y confrontados con los opresivos dioses comandados por Zeus, y no se atendiera sólo a la figura heroica de Prometeo.

 

Hasta aquí esta aproximación mitológica que quiere reflexionar sobre como para asentar y hacer viable nuestra posición en la naturaleza tendríamos, tal vez, que atender a la totalidad de las cosas. Y la necesidad de abrirse a formas no valoradas de vida, formas de ser no convencionales, que conforman junto a las formas de ser sobrevaloradas, un todo más rico, fructífero y posibilitador de cambios necesarios.


LAS IMÁGENES OBVIADAS